Ley 1776 - ZIDRES, un ataque a la Agricultura Familiar, Campesina y Agroecológica

El gobierno nacional acaba de sancionar esta ley el 29 de enero de 2016.

Al hacer el análisis de esta ley, la pregunta más inmediata es ¿para qué tenía que sancionar una ley de éstas el gobierno nacional? Las justificaciones de quienes gestaron la ley están en estos elementos:

1.       Generar desarrollo rural en regiones apartadas de la geografía nacional donde no existen vías ni infraestructura comercial, hay baja densidad poblacional, hay altos índices de pobreza.

2.       Financiar y promover proyectos de alianzas público – privadas y empresariales - campesinas para aprovechar las tierras con potencial productivo: bosques, agricultura, ganadería, piscicultura, etc.

3.       Formalizar la propiedad de la tierra.

  La siguiente pregunta es si las políticas y programas actuales no podrían ajustarse para realizar estas tareas sin hace una nueva ley? Acaso hay algo que impidiera hacer inversión en estas zonas apartadas? Acaso no tienen las instituciones las herramientas legales para desarrollar programas en regiones apartadas?

La respuesta está en el tema del uso de los baldíos de la nación, los cuales por ley solo pueden destinarse a comunidades campesinas. Y con esta ley se abren las puertas a los empresarios que se asocien con ellos.

Pero el problema no es que se gesten esas asociaciones, sino el futuro de esas asociaciones y esos territorios por el modelo de desarrollo que se quiere imponer. Es de suponer que una vez esos territorios han sido sometidos a un proceso productivo a gran escala, con monocultivos de soya, arroz, palma, camaroneras, etc. Con uso de avionetas, agroquímicos, semillas transgénicas y extinción de la fauna y flora silvestre, solo quedarán enclaves de trabajadores asalariados y estos territorios perderán su condición de áreas de conservación y protección.

La verdad detrás de todo esto es que Colombia es uno de los pocos países del mundo que tiene tierras que pueden ser utilizadas para agricultura y el gobierno tiene limitaciones legales para permitir que las grandes empresas utilicen estas tierras que por ley deberían ser entregadas a los pequeños agricultores.

Pero porque el gobierno en vez de gestar un programa que apoye a los pequeños agricultores a generar proyectos agroecológicos en estas tierras, lo quiere hacer con grandes empresarios? El gobierno y la clase política no creen que los pequeños agricultores campesinos puedan construir modelos de desarrollo. Esta es una visión que se ha venido instaurando desde décadas, con el modelo de agricultura industrial y el crecimiento de las ciudades consumidoras de alimentos y bienes de la naturaleza, como los llaman los teóricos del capital. La idea que existe es que la agricultura campesina, familiar es ineficiente, lo cual es totalmente falso.

Lo que ocurre es que cuando las familias campesinas adquieren un nivel de ingresos elevado, sus hijos se van  a la ciudad, donde pueden acceder a servicios, educación, tecnología y en general lo que se ha denominado un mejor estándar de vida. Mientras que el quedarse en el campo significa no tener estas comodidades, no tener servicios.

Se podría interpretar que el Estado en vez de invertir en el Desarrollo de los territorios campesinos, quiere apoyar a las grandes empresas que es más fácil y fortalece la dinámica actual de concentración de la tierra, monocultivos, mercado de exportación, uso intensivo de agroquímicos, etc. Mientras el país queda sin tierras, sin alimentos, sin bosques, sin fauna y flora silvestres, sin agua, con suelos y aguas contaminadas.

Pero porqué el gobierno no implementa una política de desarrollo rural, una reforma agraria y una política de ordenamiento territorial justa y equitativa? No es porque no exista el recurso económico, es por una falla estructural de la política pública que tiende a ver el desarrollo como crecimiento financiero, porque las finanzas son las que mueven la economía del mundo. Pero esta visión oculta a quienes generan el capital real por la apropiación y transformación de la naturaleza, que es la única que puede reproducirse.

Un elemento doloroso en esta ley ZIDRES es que utilizan las imágenes del pequeño productor campesino, el desarrollo sostenible y la pobreza como símbolos para mover la conciencia y obtener el aval del citadino. Nos venden la ley ZIDRES como algo que va a beneficiar a pequeños agricultores, cuando eso no es lo que buscan por que como dice la ley en estas zonas no hay, ni va a haber campesinos y mucho menos pobres.

Esta ley debería ser objeto de una demanda por las organizaciones campesinas por el hecho de quitarles el derecho sobre las tierras de la nación; y por lo municipios porque sus Consejos Municipales de Desarrollo Rural y sus Planes de Ordenamiento Territorial van a ser desconocidos por la UPRA y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
MG.

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